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Indolor: Dolor de espalda, así afectan las emociones a la zona lumbar

Normalmente, cuando sentimos estrés, ansiedad o incluso miedo, el cuerpo se pone más rígido y tiende a tensionarse, por eso en estas situaciones solemos mantener posturas que nos producen contracturas. De hecho, encoger nuestra espalda es la postura más frecuente que se genera en este tipo de situaciones y la que más dolor de espalda acaba causándonos, ya que tensionamos la musculatura casi de manera inconsciente y prolongadamente.

Además, de manera general, cuando nuestras emociones son negativas, el dolor tiende a ser más agudo, ya que el cuerpo reacciona ante estímulos negativos que está sufriendo el cerebro. Por tanto, en ocasiones, el dolor de espalda no es simplemente resultado de una lesión física, sino que puede ser producido por una causa psíquica. De cualquier manera, el sufrimiento por el dolor es real y debe tratarse en todos sus ámbitos.

“Cualquier dolor lleva consigo un componente psicológico asociado, bien de inicio o como consecuencia de un malestar prolongado. En cualquier caso es importante psicoeducar sobre el funcionamiento del dolor, para evitar que las emociones agudicen el mismo”, explica el Dr. Carlos Tornero, director médico de Indolor.

Además de mantener una buena higiene postural y estar al tanto de nuestra expresión corporal, que es básico para el bienestar, hay que tratar de vivir con menos estrés y atento a las necesidades de nuestro cuerpo. “El deporte puede ser un buen aliado para mantener las emociones equilibradas, la musculatura a punto y el dolor a raya”, añade el especialista.

Cuando se sufre dolor de manera crónica, son inevitables las limitaciones que nos impone el cuerpo y esto atrae emociones negativas, por lo tanto, los dolores se agudizan. Por todo esto, es importante además de abordar el dolor desde el punto de visita físico mediante infiltraciones u otras técnicas intervencionistas del dolor, cuidar la parte emocional.

¿Cómo tratar las emociones y mejorar nuestro dolor de espalda?

Si aun así la carga emocional nos va tensando la espalda, lo ideal siempre es tratar el dolor, al tiempo que tratar nuestras emociones y reeducar nuestra postura, que seguramente habrá sufrido cambios casi sin habernos dado cuenta.

Controlar las emociones no es fácil, generalmente porque desde que iniciamos un proceso estresante hasta que somos conscientes, pasa un tiempo en el que la situación nos va pasando factura. Por eso, recomendamos en primer lugar la prevención. El yoga, la meditación o cualquier deporte de bajo impacto que sirva para disfrutar y ejercitar al mismo tiempo, puede destensarnos y aplacar la rigidez.

“En Indolor ponemos a disposición de nuestros pacientes un servicio psicológico, para abordar los tratamientos no solo desde una esfera física, sino también desde una esfera psicológica, y lo hacemos mediante una perspectiva cognitivo-conductual. Tenemos la certeza de que los niveles de dolor y de calidad de vida mejoran cuando abordar los problemas de manera integral”, explica el Dr. Tornero.

El objetivo principal en Indolor es que el paciente aprenda a controlar sus emociones para conseguir un equilibrio en las fases de dolor agudo, y de esta manera aprender a controlar el dolor y la mente.

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