Blockchain, el eslabón perdido de IoT
Josep Balaguer, director comercial de Blue Telecom Consulting
IoT es una de las grandes tendencias en las que se apoya el proceso de transformación digital. Continuamente se publican estudios que predicen la rápida evolución de este fenómeno, sin embargo, su trayectoria puede llegar a ser similar a la de un búmeran.
En un primer momento, la recogida y procesamiento de datos en un proyecto de IoT se llevaba a cabo en entornos cerrados. Más tarde, el abaratamiento de los sensores y los nuevos protocolos de comunicaciones permitieron ampliar el radio de acción, posibilitando la agregación de datos procedentes de múltiples fuentes en dispositivos sencillos y en entornos abiertos. Con la aplicación de inteligencia y el desarrollo de APIs, surgieron después múltiples casos de uso.
Es cierto que IoT no deja de prosperar. Sin embargo, este avance vuelve a producirse en entornos cerrados. Las organizaciones aprovechan las oportunidades de IoT, pero manteniendo el control de sus datos, sin contemplar la posibilidad de compartirlos o de convertirlos en una nueva línea de negocio. Esto hace que se mantenga una visión limitada y que se impida una evolución homogénea del fenómeno IoT. Mientras que en sectores como la Industria se avanza con fuerza, en entornos más abiertos, colaborativos y transformadores la evolución es lenta. El freno a las iniciativas relacionadas con IoT es fruto de dos barreras: la preocupación por la seguridad de los datos alojados en la nube y la complejidad para crear nuevos modelos de negocio, debido a la burocracia heredada del mundo offline.
Blockchain, una oportunidad para el despegue de IoT
En este punto, una tecnología como Blockchain, que aporta seguridad, confianza, inteligencia y descentralización, puede convertirse en el factor que facilite el despegue de IoT.
Blockchain perfecciona el modelo de los servicios 'peer-to-peer'. Añadiendo el concepto de bloques, el cifrado de cada uno de ellos y su distribución a través de miles de nodos, Blockchain conforma un sistema robusto que mantiene la seguridad de los datos. Además, gracias a su modelo de ‘smart contracts’, se facilita la creación de nuevos negocios de forma ágil y flexible.
Los smart contracts son un envoltorio que define las reglas y políticas que facilitan el acceso a la información de cada bloque. Con sencillez, el servicio interesado en esa información solicita los datos almacenados en el bloque del usuario y decide si está dispuesto a cumplir con las condiciones impuestas para acceder a ellos. Blockchain da el poder al propietario del dato.
Con Blockchain, cada ‘cosa’ conectada a Internet puede convertirse en un generador de información, pero siempre con control y seguridad. Si además a cada objeto se le aplica un smart contract, es posible explotar comercialmente los datos que almacena.
Si con la burocracia tradicional los trámites de un nuevo servicio pueden durar meses, con Blockchain será posible poner en marcha de forma inmediata negocios que solo tengan sentido en un momento concreto y durante un tiempo limitado, claro ejemplo de cómo la innovación puede facilitar las iniciativas empresariales.
En definitiva, Blockchain puede convertirse en la tecnología que consiga que IoT avance en entornos abiertos, proporcionando una capa homogénea de seguridad, confianza e inteligencia que en estos momentos es necesaria para permitir la aparición de nuevos servicios y aplicaciones.