Sólo tenemos un planeta, y éste no se regenera a la misma velocidad con la que nosotros consumimos. La conciencia colectiva impulsa a la sociedad a hacer frente a los retos ambientales y sociales, a los que conjuntamente llamamos sostenibilidad. En la actualidad, diferentes agentes económicos como el sector financiero, empresarial, los inversores y la administración pública, aúnan esfuerzos en favor de la sostenibilidad con el punto de mira puesto en cumplir con los objetivos del Acuerdo Climático de París.
Este acuerdo incluye dos importantes objetivos: reducción a la mitad de las emisiones antes del año 2030 y cero emisiones en 2050. Todo ello sin causar daños colaterales y sociales.


Con un legislador que tenderá a favorecer más a las empresas sostenibles, un consumidor cada vez más conocedor de la importancia de la sostenibilidad y una tecnología verde en auge, posiblemente veamos más empresas alinear su estrategia hacia un nuevo modelo económico sostenible y eficiente en la utilización de recursos. Por ejemplo, ya observamos que empresas de sectores tradicionalmente contaminantes, como gas y petróleo, invierten en energías renovables.


Con la obligatoriedad de las empresas de publicar su información no financiera relacionada con sostenibilidad, y gracias a la clasificación de la taxonomía de la Unión Europea (UE), podremos estar mejor informados para escoger cómo consumir o cómo invertir. La taxonomía de la UE marca los criterios de sostenibilidad con los cuales debe cumplir cada sector si quiere obedecer a los objetivos de París. Este marco ha sido desarrollado por especialistas de todas las industrias, vía paneles de expertos, para determinar si una actividad económica es medioambientalmente sostenible.


El mercado presenta una serie de certificaciones relevantes en temas medioambientales. En Europa la legislación ambiental en sí misma es rigurosa y su cumplimiento se puede demostrar a través de certificados ISO 14001 o EMAS. Estos certificados se complementan con verificaciones como las de huella de carbono o gases de efecto invernadero. Además, para demostrar compromiso con las recientes tendencias ASG (ambientales, sociales y de gobernanza), en EQA certificamos Responsabilidad Social Corporativa, Gobernanza, Compliance y Finanzas Sostenibles. En este último ámbito, EQA valida el grado de cumplimiento de las empresas o proyectos con la taxonomía de la UE a través de procesos de verificación e informes de segunda opinión. Así mismo, valida el grado de cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).


En un escenario de crisis post pandemia, nos encontramos ante una oportunidad única de implementar una recuperación económica dotada de sostenibilidad. Las Finanzas Sostenibles brindan los instrumentos necesarios para lograrlo. Está claro, las Finanzas Sostenibles han llegado para quedarse.

Gustavo Horn Af Aminne
Contacto Finanzas Sostenibles Europa
gustavo.horn@eqa.es

 

 

 

 

 


 

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