"No me creas demasiado optimista; conozco a mi país, y a muchos otros que lo rodean. Pero hay signos, hay signos." Julio Cortázar. Convencidos de ello, en los últimos días, la oficina de Madrid de Kreab Gavin Anderson se dedicó a recoger la opinión que de España tienen sus máximos representantes en otros países del mundo.

Queríamos constatar con la reflexión de otros -venidos de mercados tan dispares como los países escandinavos; plazas financieras y políticas como Londres, Bruselas y Washington; zonas emergentes como México, Brasil o Asia, y hasta las antípodas (Australia)- que España mantiene un reconocimiento internacional, que sus empresas conservan el liderazgo en muchos mercados, que ahí afuera se aprecia nuestra gastronomía, nuestra ingeniería y capacidad de gestión y el carácter pionero en muchos sectores.

Son, como intuía Cortázar, pequeños signos que permanecen, son la base de nuestra definición como país y, afortunadamente, parece que -pese a la crisis- siguen configurando una buena parte de nuestra reputación.

No nos creemos optimistas. Están ahí y conviene recordarlos y aferrarnos a ellos en las etapas más complejas, como la atravesada recientemente, y en aquellas otras que, como nos dicen los expertos y ciertos indicadores, parece que iniciaremos este año.

Compartir: