El uso de la tecnología en la nueva Responsabilidad Social Corporativa

Hoy en día, cada vez más empresas se suman al cambio a través de la implementación de programas de Responsabilidad Social Corporativa, de la participación o colaboración en proyectos de cambio social o medioambiental, y de la involucración de sus empleados en distintos tipos de iniciativas.

Las corporaciones están hechas de una forma piramidal. Están los de arriba, los que toman decisiones y las comunican a los de abajo. Por ejemplo, cuando se realiza un plan de voluntariado corporativo tradicional, que suele generarse en el departamento de recursos humanos o el departamento de responsabilidad social corporativa, éste se comunica con una consultora o con una ONG, y consigue algo con lo que se siente cómodo, que cree que representa los valores de la compañía.

Las tendencias actuales

La presión de los agentes internos y externos por las políticas de RSC va más allá de meras donaciones o intentos de remediar las malas prácticas, sino que se trata en convertirse en protagonistas del cambio. Cuanto más grande la empresa, mayor el impacto que se espera de ella.

Por ello, la tecnología es un aspecto a tener en cuenta a la hora de realizar un plan de RSC. Ya sabemos la importancia de formar parte de iniciativas sostenibles y la involucración de los empleados en voluntariado corporativo en el trabajo. En Welever simplificamos el proceso a través del uso de herramientas tecnológicas para integrar a los empleados en acciones de mejora del mundo. El proceso puede comenzar desde los propios trabajadores, los cuales tienen la posibilidad de usar la app para crear sus propias iniciativas o participar en aquellas en las que creen.

Por ejemplo, si un empleado se siente apasionado por la mejora del medioambiente, la app de Welever le permite crear una iniciativa enfocada a ello. La mejor forma de involucrar a los empleados es dejándolos trabajar en los problemas que a ellos más les importa.

Beneficio para los empleados

Éstos también se ven afectados positivamente por las buenas prácticas de las entidades para las que trabajan, ya que les permite sentirse identificados con la imagen que su empresa transmite externamente. Al mismo tiempo, toman importancia las fortalezas y destrezas que van adquiriendo a través de su participación en distintas actividades sociales. Así, pueden ir creando algo nuevo, que antes no existía y no se estaba tomando en cuenta: el CV social.

El currículum social es un nuevo concepto que hace referencia a cómo son las personas como humanos, y pone en evidencia cuáles son los atributos que pueden aportar a la sociedad y de reflejo a las compañías en la que trabajan. Así, no sólo damos importancia a las destrezas laborales, a sus capacidades de manejo de ciertas herramientas o de conocimientos técnicos, sino también podemos comprobar cualidades del individuo que van más allá: El liderazgo, la empatía, el talento, la capacidad de comunicar, etc. Nos encontramos con nuevos descubrimientos que nos enseñan el verdadero potencial del individuo, que complementan a la perfección a su CV ordinario, aportando una “visión 360” de su persona.

Está claro que los planes “tradicionales” de RSC no dan la respuesta adecuada a los problemas que hemos detectado anteriormente. Jose Almansa, CEO y fundador de Welever, asegura que - “la clave está en generar el bottom up dentro de una organización: la creatividad y la innovación no están arriba, sino abajo, está en la base de la pirámide.
Queremos activar esa inteligencia colectiva".

Welever nace con la idea de permitir a todo tipo de organización un innovador manejo de sus acciones sociales, gestionando proactivamente el proceso de generación de iniciativas, midiendo el impacto que generan en la sociedad y, por supuesto, obteniendo informes exhaustivos de estas actividades; éstos se basan en unos Reportes de Acción Social, que traducen todas las buenas prácticas, tanto de la entidad como de sus empleados, de forma detallada, rápida y automática. Como resultado, todos los agentes implicados pueden averiguar fácilmente el nivel de compromiso de cada una de las empresas; las compañías pueden evolucionar e innovar, fomentando el talento y obteniendo resultados de sus actividades positivas; y, por último, todos los empleados pueden sentirse identificados y lucir su talento como personas, participando o creando iniciativas que realmente les importan.

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