Volvo Cars reducirá las emisiones de CO2 y ahorrará miles de millones con su objetivo de economía circular
Volvo Cars prevé ahorrar mil millones de coronas suecas (casi 100 millones de euros al cambio actual) y reducir en 2,5 millones de toneladas sus emisiones de carbono a partir de 2025 gracias a los principios de la economía circular.
Para cumplir su objetivo de convertirse en una empresa circular antes de 2040, Volvo Cars creará circuitos cerrados para las materias primas más contaminantes, como el acero y el aluminio, además de potenciar la refabricación, reparación, reutilización y renovación de piezas.
El plan climático de Volvo Cars es uno de los más ambiciosos de la industria y, para alcanzar sus objetivos, tiene que adoptar el modelo de economía circular. Esto obliga a la compañía a replantearse todo lo que hace y la manera en que lo hace. Es fundamental integrar la sostenibilidad en la forma de pensar y actuar como empresa, y ahora mismo está dando a este aspecto la misma importancia que siempre ha concedido a la seguridad».
Volvo Cars tiene la convicción de que, para convertirse en una empresa circular antes de 2040, todas las piezas de sus vehículos deberán diseñarse, desarrollarse y fabricarse de manera que puedan ser utilizadas y reutilizadas por la propia empresa o por sus proveedores.
Al centrarse en la eficiencia de los recursos y en mantener durante el mayor tiempo posible el valor añadido de materiales y componentes, la empresa quiere optimizar el uso de los materiales, componentes y vehículos y, al mismo tiempo, evitar los residuos. Esto le permitirá ahorrar recursos financieros y contar con nuevas fuentes de ingresos, además de reducir significativamente su impacto medioambiental.
Los nuevos modelos de negocio —como el de dar una segunda vida a las baterías de los vehículos eléctricos— son importantes desde la perspectiva de la economía circular. Al utilizar las baterías en otras aplicaciones de almacenamiento de energía distintas de los automóviles no solo se extiende su vida útil, sino que, además, se pueden conseguir nuevas fuentes de ingresos y de ahorro de costes.
Junto a sus proveedores y socios, Volvo Cars está estudiando posibles aplicaciones de segunda vida para sus baterías de alta tensión. Un ejemplo reciente es la colaboración con BatteryLoop, una empresa del grupo sueco Stena Recycling, que reutiliza baterías procedentes de la industria del automóvil.
En esta misma línea, Volvo Cars, Comsys AB (una empresa sueca de tecnología limpia) y la compañía eléctrica europea Fortum están colaborando en un proyecto piloto comercial. Su objetivo es aumentar la flexibilidad de suministro en una de las centrales hidroeléctricas de Fortum en Suecia y, al mismo tiempo, dar una segunda vida a las baterías de los vehículos eléctricos. Las baterías de los vehículos híbridos enchufables de Volvo servirán como almacenamiento estacionario de energía para proporcionar los denominados servicios de «equilibrado rápido» al sistema eléctrico.